El legado de Mario Cafiero en el INAES

Mario Cafiero soñaba con la oportunidad de desplegar en el territorio profundo una organización popular dotada de un innovador sistema de financiación propia, basado en circulantes locales. 

Pero era el sueño de un realizador que lo había militado desde el llano y ensayado antes de recibir la oportunidad de gestionar el Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social (INAES)

Cafierp había estudiado los mecanismos de la dependencia económica, la persistencia increíble de la Ley de Entidades Financieras y la perversión de la deuda externa, luchando contra el silencio de propios y extraños.

Sabía que la asistencia social necesitaba dar un salto hacia la justicia social por lo que auspiciaba el pase del INAES desde el Ministerio de Desarrollo Social hacia el de Desarrollo Productivo. Apuntaba a la reconfiguración de una estructura dentro del Estado. 

Pero también hizo docencia en el campo de los pueblos que se pretenden libres, donde es imprescindible generar otra vez las condiciones para que cada uno produzca por lo menos lo que consume.

Por eso mismo, apostó a un régimen simplificado para la agricultura familiar campesino e indígena por el cual durante meses se trabajó en gabinete con actores involucrados para facilitar la producción, distribución, circulación y consumo de alimentos sanos. El paso para proponer al Directorio su aprobación quedo trunco, pero ahí está disponible para la nueva administración. Del monocultivo de ideas a la economía social fue uno de las frases más risueñas y profundas de Mario.